- Visitas y Actividades
- Actividades y equipamientos
- Caldeliñas
Caldeliñas
El viejo balneario de Caldeliñas es hoy un jardín romántico, evocador de otros tiempos. Siguen en pie los muros de un edificio que imaginamos señorial y lleno de vida. Se conservan algunas bañeras donde se recibía tratamiento de aguas y lodos. Este rincón, al norte de Verín, juega con nuestra imaginación: podemos revivir el trasiego de gentes venidas de toda España, los más privilegiados en los primeros automóviles, y médicos con sus batines atendiendo a los agüistas.
Caldeliñas fue el capricho de un afamado fotógrafo, que vio en las aguas de Verín un sueño y algo así como un plan de retiro.
Caldeliñas liga su nombre a Fernando Debas et Dujant. Nacido en Francia, probó suerte en Madrid y se convirtió, a finales del siglo XIX, en fotógrafo de la Corte de Alfonso XII. Su posición le permitió invertir en el balneario de Caldeliñas y el manantial de Sousas, que adquirió en 1887. En un momento en que las aguas termales y mineromedicinales suponían la vanguardia de la medicina, esta era una oportunidad de negocio. Desde su posición, pudo promocionar su inversión en toda España y, en particular, entre las élites de la capital.
Decía en su publicidad, que “introducidas grandes y notables reformas en el balneario, puede ser éste visitado por los bañistas más exigentes, que en él encontrarán, al par que la curación ó el alivio de sus dolencias, todas las comodidades que puedan apetecer”, con resultados que superan “á las tan renombradas (aguas) de Vichy”. Sus tratamientos con lodos estaban especialmente recomendados para atender afecciones gástricas, hepáticas y urinarias.
Estrda de Laza, s/n
32600 Caldeliñas, Verín