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Manantial de Cabreiroá
Entramos en el que fue el más completo recinto termal del valle del Támega al norte de la frontera. Cabreiroá, el último de los grandes manantiales de Verín en ser explotado fue, sin embargo, el que generó a su alrededor un mayor patrimonio construido, con un entorno que invita a un paseo evocador.
Mantiene su actividad como manantial, muy visitado, y de envasado de aguas, pero el antiguo hotel balneario parece esperar a que la nueva generación de agüistas reabra sus puertas para revivir los tiempos de esplendor. Hoy en día, su nombre es el más conocido en España, ya que se trata de una marca con gran presencia en el mercado de las aguas mineromedicinales.
Las primeras noticias sobre este manantial se refieren a una charca a la que acudían los vecinos para curar ciertas dolencias. Sus aguas fueron declaradas de utilidad pública en 1906, cuando Sousas y Caldeliñas ya atraían a Verín a gentes de toda España. Pero pronto, en 1908 y gracias a la iniciativa de José García Barbón, indiano retornado tras hacer fortuna en Cuba, ya contaba con un hotel balneario, el único de su tipo en Verín, lo que aumentó su clientela y el prestigio de la localidad entre los agüistas.
El planteamiento fue ambicioso: se abrió una nueva carretera desde el núcleo urbano y se instauró una línea de transporte regular entre la villa y el balneario, primero con un tranvía impulsado por animales de tiro, luego con un servicio en automóvil. Todo para servicio de los agüistas.
En paralelo se trabajaba en la fábrica de envasado que ya en las primeras décadas producía para mercados como América, África o Filipinas.
Estrada de Cabreiroá, s/n
32600 Verín
Acceso de 9:00 a 20:30 h