Con el comienzo de la guerra con Portugal en 1640 se inicia la construcción de una muralla de más de dos kilómetros para que rodease la villa verinense.
Inicialmente se destinaron 100.000 ducados a la obra y su fin era la seguridad y protección de la población de los inesperados ataques portugueses por la planicie del valle.
El muro fue construido siguiendo las técnicas poliorcéticas de la época, apuradas por las nuevas armas de fuego y las estrategias militares. Sin embargo, su escasa altura y solidez no convencían a los vecinos pues en caso de ataque con artillería, se refugiaban en Monterrey o en los montes próximos.
El lienzo de muralla que podemos ver hoy pertenecía a un bastión que defendía el puente y el denominado camino del valle. Para paliar los gastos de la guerra en la comarca, el rey ordenó a mediados del siglo XIX la subasta en lotes de la piedra de sus muros.
R. Ribeira do Támega, s/n
36200 Verín