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Carvalhelhos
El saber popular nos habla de una humilde pastora de esta comarca del Barroso. Aquella muchacha acudió a la fuente, conocida como Caldas Santas, con las piernas cubiertas de llagas. La veracidad de su curación se mueve entre el relato de una leyenda y la prueba científica de las propiedades medicinales del manantial.
Realmente… ¿nos importa? Hoy los doctores firman análisis químicos e indicaciones terapéuticas que animan al viajero de moderno, siempre preocupado por su salud y por volver a la naturaleza. Pero éste gusta también de revivir las historias sobre curaciones milagrosas de gentes que bebieron o se bañaron con estas aguas.
La fuente, asentada sobre un castro romano, siempre estuvo ahí para las gentes del lugar, únicos usuarios durante siglos. Es a partir de 1915 cuando una concesión de explotación hace que comience a embotellarse y a conquistar mercados. No fue fácil, por aquel entonces el Barroso era una región de geografía difícil y apartada de los circuitos comerciales. El envasado suponía una tarea completamente manual, nada parecido a los procesos industriales de hoy en día. Las botellas salían de la fuente en la cabeza de mujeres que la llevaban por los caminos hasta la localidad de Carvalhelhos. Desde allí se transportaban en carros tirados por animales, bueyes o caballos, hasta la estación de ferrocarril de Vidago. El tren, que tanto ha hecho por la modernización de las tierras periféricas, lo llevaba a los mercados.
Hoy, claro, todo sucede a otro ritmo: tras cien años, han crecido el volumen y la rapidez de producción, con nuevas preocupaciones centradas en un proceso de envasado más ecológico.
Rua das Caldas (EN 520-1), 12
5460 Carvalhelhos - Boticas